El mundo que percibimos como real es en última instancia una interacción entre nuestra mente y la energía del orden implicado del universo.
Casi siempre esa energía es descodificada de la misma manera por medio de nuestros limitados cinco sentidos y acabamos atrapados en el mundo material.
Ahora bien, esa energía puede descodificarse de manera distinta en estados alterados de conciencia,
Es entonces cuando el mundo cambia:
Las leyes del mundo material se doblan, se rompen, se transforman…
El tiempo tiembla, se funde, se evapora…
Y los dioses se ponen contentos.