Te da vergüenza correrte a chorro, nena, porque la sociedad te ha hecho así.
Te ha hecho recatada y discreta, y te ha hecho construir una coraza para protegerte,
por eso tienes que poner una manta encima de la cama y otra en el suelo, para no manchar.
Asocias el manchar con lo sucio, porque la sociedad te ha hecho así,
por eso no quieres venir nunca a mi casa, para no correrte aquí, para no manchar.
Pero eso para mí no es manchar, sino bendecir, y no es sucio,
sucio es pensar que eso pueda ser sucio.
Eso es un fluido mágico y natural cargado de poder, y a mí me encanta:
es el agua bendita con la que yo quiero bendecirme;
a ti te da vergüenza, y por eso intentas que no salga.
Pero yo sé hacer que salga, nena, yo sé hacerlo.