Por encima de las nubes vivía él,
Allí donde ningún hombre había llegado jamás
Y ninguna mujer, o casi ninguna.
Lejos de miradas indiscretas y de dedos acusatorios.
Lejos de las leyes, lejos de la moralidad, lejos de la enfermedad humana.
Lejos, muy lejos: a seis mil pies de altura.