Dios ha muerto,
Pero la gente sigue paseando vírgenes y Jesucristos debajo de mi casa.
Es semana santa
Y la gente está feliz.
Su felicidad es mi desesperanza,
Y su esperanza es mi hastío.
La esperanza es el peor de los males,
Pero el hastío es un bien,
Es el desmoronamiento del mundo antiguo y obsoleto,
De esas creencias arcaicas y ridículas.
Yo no soy como ellos,
Ya no pertenezco al mundo,
Ya no me queda nada aquí,
Pronto nos perderemos de vista
Y eso es maravilloso.