Sé tú mismo, guste a quien guste, y verás cómo la magia se manifiesta.
Para ello debes romper todos tus prejuicios, corazas, miedos y dogmas:
es algo simple, pero una hazaña muy difícil de realizar para el humano promedio.
Mira a tu alrededor: todos llevan una máscara, nadie es quien dice ser.
Es muy curioso, porque todos solemos creer ser siempre nosotros mismos, casi nadie es consciente de ser la máscara,
y saber que eres la máscara es el primer paso.
Todos viven protegiendo a su falso yo y el Yo superior vive dormido en ellos:
al Yo superior no le gustan las mentiras, ni los engaños.
¿Cómo vas a conocerlo si te engañas a ti mismo?
¡Te estás negando a ti mismo!
¿Por qué no quitarte la máscara y volverte liviano y etéreo?
Muchos se irán cuando lo hagas, muchos que llevan máscaras o que simplemente no son como tú o no están en la misma parte del camino.
Despídelos con amor, porque al liberarte de tus cadenas y salir de la fiesta de disfraces llegarán espíritus afines que habitan en los bosques y a tu lado caminarán.
Aunque eso a ti no te importa, son solo compañeros de tu propio viaje, de tu propio sueño de ser que eres lo que crees que eres, pero no eres.
Algunos se quedarán, otros se irán, todo forma parte del aprendizaje.
¿Quieres ser como los demás, o prefieres ser único y diferente al ser tú mismo?
Vamos, lánzate, guste a quien guste:
sé tú mismo.
Te prometo que será maravilloso,
porque a tu espíritu le gustará,
y es al único al que tiene que gustarle.
Entonces serás imparable y morarás en el Olimpo.