LA VIDA PASA

Última hora de la noche,

Los perros dan sus últimos paseos

Y los borrachos vuelven a sus casas,

La última brisa de aire cálido cabalga el viento hasta desvanecerse en el horizonte

Y los gatos se despiertan de la siesta.

La luna huye tras las nubes -es una hora mala, incluso para ella-

Y los ratones salen de las alcantarillas,

El último metro acaba de partir

Y con él el cansancio de la clase obrera.

En unas pocas horas saldrá otro

Y el andén estará exactamente igual que el día anterior,

El obrero lo sabe, y le pesa,

No lo entiende, se siente extraño dentro de su propio cuerpo,

Han montado escenarios por todas partes y no encuentra el camerino,

Lleva años buscándolo, pero no lo encuentra,

No tiene descanso y no puede sentarse.

Algunos se fueron en el último tren y vuelven en el primero,

El primer tren es siempre el último.

Ven las mismas pintadas en los mismos cristales y en las mismas paredes y empiezan a recordar,

Ese es el mismo maldito tren.

Se sienten atrapados, y no pueden soportarlo.

Pero son los menos,

Los más van y vienen, en un tren y en otro,

Y así pasan sus vidas.

Empiezan a cuestionarse en que trenes fueron pasada la jubilación,

Ahí hay más tiempo para pensar,

Pero ya es tarde,

La estación está cerrada,

El tren yace abandonado, oxidado y grafiteado en la vía,

No puede arrancar, no le funciona el motor.

Lo venderán para piezas,

Si es que no se oxidan antes.