Hijos de las Meigas

ACERCA DE NOSOTROS

Somos los herejes y las brujas quemados en las hogueras de la edad media. Estamos hartos del mundo, no nos quedan muchas vidas por vivir, el sol ha salido ya demasiadas veces para nosotros, hemos visto la tierra arder y muchas especies extinguirse. Borramos nuestras memorias y las reiniciamos en cada vida, pero tenemos atisbos de las anteriores: el bucle infinito del tiempo, el humo de la hoguera con olor a bruja.

El día del juicio final se acerca, estamos naciendo así, el aire huele raro para nosotros y nos sentimos desubicados. No tenemos Dios, patria ni religión. No acatamos normas ni toleramos injusticias, nuestros espíritus no nos lo permiten, están oprimiendo nuestra piel, quieren salir del cuerpo. Nos estamos ubicando, nuestra visión ha cambiado y nuestros cuerpos vibran cuando sale la luna. Las estrellas brillan más fuerte cuando las miramos y cambian sus posiciones: el cielo baila para nosotros, nosotros bailamos para los cielos.

Nacimos solitarios, desconfiados, perdidos, enfadados por nacer; pero nos estamos encontrando, estamos empezando a comprender. El elegido se elige él mismo cuando despierta, cuando no puede soportar más la ficción. Cuando te das cuenta de que estás soñando empiezas a dirigir tú el sueño y nada malo puede pasar, puedes despertarte y la vida empieza a ser magia.

Estamos dirigiendo el sueño todavía, nuestras mentes tienen miedo a despertar, nos han programado así. No es culpa nuestra, pero es nuestro deber cambiarlo, es nuestro deber abrir los ojos y dejar de soñar.

Si hay algo importante es eso, si existe una lucha digna es la nuestra, si por algo hemos de morir será por la libertad.

FRAGMENTOS

TREINTA AÑOS PRESO

Suministradores de morfina por vía intravenosa apuestan por el caballo del farmacéutico en el hipódromo e inventores de vacunas regentan establos de pútridas paredes; termitas se teletransportan de un punto a otro de la pared, siempre el mismo recorrido. Pura sangre español condicionado a correr cuando su cualidad es danzar, contoneo sensual del flamenco hispano, acorde de guitarra sonando en mi menor. Pianos con teclas rotas que siguen sonando: el himno del guerrero. La tecla de mi mayor no está en el piano, hace mucho tiempo que nadie la ve; el taburete vacío espera la llegada del pianista, nadie sabe de dónde nace el sonido, del silencio quizá. Arqueólogos de finas manos entierran tesoros debajo de las estatuas y pastores de ovejas ponen trampas para lobos en el bosque; a veces se pilla la pata un perro, daños colaterales. La música se detiene y aparece el pianista, nunca la llegó a oír.

AUTOPSICOLOGÍA

El caballero inglés juega con la meteorología, nosotros jugamos con el tiempo, le quitamos la camisa y bailamos con él cogidos de la cintura, se dobla y se funde para nosotros y se quita la ropa; cuando se desnuda deja de existir. También deja de existir el clima, puedes cambiarlo, elegirlo a tu antojo, de manera limpia, limpio aire fresco cargado de energía: donde no hay nada, cabe todo. Tratamiento de autocuración sin pasar por consulta, la medicina crece en la tierra, o en los árboles. Éter movido por el viento, oculto a los ojos de los hombres; el contoneo de los protones mostrando la suave danza del fluir a los ojos de los gatos, los hombres no pueden verlo, los gatos no quieren verlo. Los gatos no quieren nada, los hombres lo quieren todo. Escalas de depredadores, lobos disfrazados de ejecutivo, de abogado, de policía... el que captura al ladrón delinque más que él. La placa de la justicia, la placa del poder, cuanto más grande es el rango más impunidad obtiene. Justicia, la novia del rico, amante sucia e interesada, el amor al pobre no existe para ti. No eres muy justa, justicia, en el mármol de tu aseo está la prueba, y en el bolsillo del juez.

LOS SOLITARIOS

Bienaventurados sean los solitarios que luchan con sus demonios en medio de la oscuridad los días de lluvia, de nieve y tormenta; valientes son los que luchan sabiendo que van a perder, sabiendo que están perdidos; si existe una causa por la que valga la pena morir, esa es la libertad: todavía no saben que no pueden perder, todavía no saben que no pueden morir, pero saben que no son libres. Es de lo poco que saben, sus mentes se reinician en cada vida: aprenden rápido; pero saben que deben desaprender, son conscientes de que han sido parasitados. Dolor transmutado en miedo y odio, se sienten culpables; pero saben que no deberían. El camino es duro con pies de plomo, descalzo se hace más ameno, pero puedes hacerte daño en las plantas de los pies. No naciste salvaje, necesitas zapatos: las heridas se hacen callo y no vuelven a sangrar. Los callos son carne muerta que llegó a la libertad, al estado del tukdam. La quietud atemporal no espera a quien va corriendo, la victoria llegará a quien se pierda en el tiempo y se detenga con él: no volverán a nacer los que se mueran despiertos.